jueves, 6 de mayo de 2010

Viajando

Me senté frente a él. Me miró. Me reí. Nos reímos. Sentimos ese cosquilleo tan peculiar que se siente cuando el corazón supera la mente. Estamos en el tren, es bastante guapo. Tiene unos ojos almendrados preciosos, una mirada intensa. Estoy agotada, seguro que se me ha corrido el rimmel y además llevo el pelo desecho. Aparto la mirada, estoy avergonzada. Seguro que se reía de mí, no conmigo.
Veo algo moverse, se ha levantado y viene hacia mí. Aparta mi mochila y se sienta a mi lado. Ahora sí que me estoy muriendo de la vergüenza, pero por dentro también me muero de curiosidad.

-Hola ¿Me puedo sentar?-me pone la mochila en el suelo- Bueno,-Sonríe, tiene una sonrisa preciosa.- ya estoy sentado pero no te importa, ¿no?
-Ah no, no te preocupes. -¿Qué si me importa?, ¡si no me vieras saltaría de alegría!- De todas formas mejor acompañada no puedo estar.

Se ríe ¿Le pareceré graciosa o idiota? Tengo mis dudas...

-Verdad verdadera, no todos los días te encuentras a un chalado en el tren que no para de sonreír, ¿verdad?

Y encima se hace el gracioso... ¡Me encanta!

-Así que chalado... ¡No debería haber apartado la mochila!
-Tienes mucha razón. Dejando a un lado mi personalidad. ¿Cómo te llamas?
-Cambiando de tema eh... extraña conducta -Me río- Pues me llamo Soraya. ¿Tú?
-Yo soy Marcos. Encantado.

Me besa la mano.

-No sabía que quedaran caballeros de antaño por estos mundos
-No quedan. Solo los imito, ¡dicen que tenían mucho éxito con las chicas!

Otra vez esa sonrisa, aunque esta vez... Es más pícara. Me gusta.

- ¿Dónde vas Marcos?
-Ahora a ningun sitio. Por mi, se podría parar el tren.
-Yo voy a casa de mi novio, hemos quedado para conocer a sus padres.-Deja de sonreir, ahora lo hago yo.- Era broma, me voy a casa, me comeré un triste sándwich en mi casa y me acostaré. Estoy cansada.
-¿Me habías asustado sabes? He estado a punto de levantarme y todo.

Le había vuelto la sonrisa a la cara.

-¿Es eso una amenaza? Me bajo en la próxima parada, ¿te vienes?
[to be continued...]

martes, 4 de mayo de 2010

¿Amor? Já

Era domingo. Me senté con ganas de no levantarme... Había sido una estúpida. Y solo podía que preguntarme el porqué, y lo peor era que no sabía la respuesta.
De pequeña me solían decir que soñar era lo más hermoso que había, que me pasara lo que me pasara no dejara nunca de soñar. Ahora me recuerdo a mí misma con una sonrisa inocente, de quien aún no conoce la vida, diciéndole que sí con la cabeza a mi madre. Lo daría todo por volver a ser así de feliz...
Ahora no puedo parar de pensar, no me acuerdo de cual fue el momento en el que dejé de ser yo misma, en el que empecé a cambiar tanto que no puedo ni reconocerme. Mi mente me insiste en que no he cambiado tanto, solo ha sido un sábado de locura, pero para mi, en mi fuero interno, ese sábado de locura ha significado un cambio en los ideales del amor que yo defendía. 
Me llamaréis antigua, pero siempre he pensado que es bonito besar por primera vez a una persona cuando ya la conoces... Ese cosquilleo, el vacilamiento de no saber si lo hará.. Si él realmente está sintiendo lo mismo que tú... Quizá el sitio no sea el adecuado pero te da igual porque él está ahí, y con él, todo brilla ¿Qué pasa?
Que cuando él ya no está, de nada te sirve ese corazón roto que se queda y esas lágrimas que siempre están en el borde de los ojos cuando piensas en él... Ahora digo que el amor no existe, sé que miento, pero no soy capaz de decir, de reconocer, que aún lloro por los dos chicos que más he querido en mi vida. Uno, no me quiso en absoluto. Yo con todo el corazón. Y el otro, me quiso. Lo sé. Pero tuvo miedo. Es triste... Y por ahora, ya no sé quien soy.
Me tumbo en el banco, y por un momento, sonrío. Soy patética. Ya no los quiero ¿Sabéis? Pero es la nostalgia de lo perdido, de lo que un día amaste...
Mi mente viaja, ya no estoy en el pasado, ahora estoy en el presente. Huyo a chicos que me gustan y que me buscan, si no sabéis el porqué de su rechazo os lo digo... Es el miedo de que en verdad, no les guste tanto.