jueves, 16 de enero de 2014

Las hazañas del amor perdido

¿Existen las hazañas de amor o dejamos que las cosas simplemente pasen?
En una sociedad en la que la gente camina a 100 por hora y en que el único rato que tenemos libre lo dedicamos a beber ¿perduran aún esos gestos caballerescos por recuperar tu amor arrebatado o se han perdido entre cerveza y cerveza?
Se supone que somos la generación que no se debe dejar vencer, que luchamos por nuestros derechos y que denunciamos a voz de grito las irregularidades, ¿pero cuando se trata de nuestro corazón, intentamos que se escuchen nuestros derechos como amantes? Las palabras aumentan de número en las relaciones. Horas de teléfono charlando son REQUISITOS indispensables del día a día en un contrato sentimental y la cantidad de mensajes por WhatsApp durante el día es incontable, pero ¿todo este cúmulo de caracteres provoca que las despedidas y las rupturas sean cada vez más escuetas? ¿Ya no quedan palabras por decir? 
Las rupturas no son fáciles si no son mutuas, pero qué menos que ser sincero y dar una explicación, ¿no? O eso es lo que tenía yo entendido, porque ahora la última moda es no responder, dar por entendidas las palabraspalabras que no se han dicho. Cuando la persona con la que has hablado día y noche ya no te interesa, pues no le respondes «a buen entendedor pocas palabras bastan» dice el dicho.
Obviamente estoy hablando de relaciones a distancia en las que no queda otro remedio que la tecnología. Aunque no os confundáis, bastarán pocas palabras, pero hay ciertas cosas que se necesitan oír aunque ya las sepas. Dentro de esta categoría entrarían los «te quiero» , los «me gustas» , los «me caes mal», los «no te aguanto» , y, por último, los «tenemos que dejarlo». Y no son tan difíciles de decir si lo piensas bien, incluso son cortos y la mayoría no tienen r por si vas borracho.
Y si ya no luchamos por nuestros amores, ¿nos hemos convertido en seres que aceptan una ruptura así sin más? No amigos, nuestra neuronas y cada célula de nuestro cuerpo no nos permite aceptar algo que carece de sentido lógico para nosotros. Ahí es donde entran en juego las hazañas por amor, que, para quien no lo sepa se basan en llevar a cabo alguna locura para poder recuperar a esa persona que nos ha desdeñado, porque nuestra mente cree que «quizá si le pudiera ver entendería que aún me quiere». No, señores. Ya no hacemos así las cosas. Ahora lo que pensamos es «No voy a decirle nada más porque sino pareceré una pesada» cuando lo que tendríamos que pensar es «Maldito cabrón, ahí se te caigan los dedos por no dignarte ni a darme una explicación» o, simplemente, escribir ese mensaje que llevas deseando escribir desde que esa persona te empezó a putear y que te habías retenido por miedo a no poder recuperarla. Este mensaje posee el mágico poder de devolvernos la dignidad perdida y hacernos hinchar el pecho cual pavo real. Son sólo tres vocablos: Que te den.
Oh sí, esto devuelve la dignidad hasta a un pez rebozado. O, al menos, te quita un peso de encima.
De todas formas, he de admitir que he mentido un poco. Siguen existiendo las hazañas por amor, seguro que todos tenemos un amigo que es súper romántico y que ha hecho mil y una locura por alguien y que tú piensas «¿por qué nadie hace esas cosas por mí?» y si me dais permiso os contestaré yo misma: Porque tú no lo harías por nadie.
Dios los crea y ellos se juntan, y como habréis notado, esta entrada rebosa cinismo por todos los sitios. Y una cínica solo hace buena pareja con otro igual o menos romántico aún. Y así nos va. Esto es España señores, no sé si tendrá algo que ver, pero seguro que sí.

1 comentario:

  1. claro que existen las hazañas amorosas!!! solo tienes que encontrar el chico que te quiera como es debido pero para ello tienes que elegir a ese chico el que de verdad te hará feliz no el típico inmaduro guaperas o malote que a todas enamora y a todas putea...

    y luego respecto a lo de dar explicaciones, yo sinceramente creo que la gente que no las da es porque son unos inmaduros cobrardes y a veces años después cuando se vuelven menos inmaduros te sorprenden con una explicación...

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