miércoles, 23 de agosto de 2017

Por ti, pero sobre todo, por mí


Me estoy quedando sin historias que enviarte y los días empiezan a acortarse. Ya no brilla tanto el sol, no sé si será tu ausencia lo que lo apaga o si es que de verdad está el cielo nublado. No he pensado en ti. No, al menos, deliberadamente. Pero resulta que he abierto el buzón y ahí estabas. Brillando con luz propia como en antaño. Recuerdo cuando nos contábamos historias sobre abandonarlo todo y huir juntos, y me siento miserable. Siento, con todo mi corazón, no haber podido irme contigo, pero tenía miedo. Me intento convencer de que sabrás perdonarme, pero la verdad es que no quiero que lo hagas. En realidad quiero que te enfades conmigo y que, estando tan enfadado, vengas a pedirme explicaciones a voz de grito. Quiero que me presiones en tus brazos y que no consientas que me quede aquí, sin ti. Sueño con que me beses, torturándome lentamente hasta que pierda la cabeza y haga las maletas. Pero tú no has hecho nada. Tú nunca haces nada. Y yo quiero un hombre que luche por mí. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario